Dinero. Poder. Mujeres. Drogas.
Esas cuatro palabras eran las que definían a Jordan Belfort, que Leonardo DiCaprio lo supo interpretar increíblemente bien.
Ese "veinteñero", llega a Nueva York con fines de ganar dinero, pero no sabe qué tan grande ambición le va a dar ese dote hasta que se da cuenta que ya ha fundado su propia empresa y tiene sus millones guardados en el bolsillo. Pero esa gran enemiga llamada avaricia le empuja a querer más y más.
La pequeña empresa del lobo, con su manada que le da soporte, empieza a crecer a la velocidad de la luz y se sitúa entre las mejores de la Gran Ciudad y todos piden trabajar allí como unas crías desesperadas por un poco de leche de la loba alfa. Tener en las manos tanto poder para manipular, deja al señor Belfort tan subido de tono que vive la vida de una forma muy alocada.
Con tanto dinero, tenían tantas excusas para derrocharlo, que cosa que les merodeaba por la mente, cosa que la hacían realidad al segundo; incluyendo el placer. El lobo y su manada adoraban a las mujeres tanto como al dinero y es por eso que, a pesar de estar unidos en matrimonio con sus adoradas esposas, gozaban de las más eróticas mujeres de la faz de la Tierra.
Tan adictiva era esa vida que con eso, llevan a tener que engancharse a su real punto de apoyo que es la cocaína. Muestran tantas formas de coger un buen "colocón" que necesitaríamos cincuenta manos para poder numerarlas.
¿Que si todo eso era legal? Esa palabra la destruyeron de su diccionario hace mucho y el miedo a infringir la ley, era demasiado irrelevante.
Con todo ello, animo a toda persona con ansias a ver algo un poco fuera de lo normal, a verla. Ya que llama la atención cómo han interpretado la corrupción que hay en América con el caos financiero de la bolsa en vez de los típicos gángsteres.
Es así que Martin Scorsese ha ganado el "JackPot" de las películas. Golpea fuerte cada minuto que ves y es por eso que te mantiene bien despierto. Tanto como el director como el reparto, han hecho un excelente trabajo digno de haber conseguido todos esos premios cinematográficos.
Es absolutamente limpia y magistral.